La forma en que el cuerpo cambia, está relacionada con el modo y calidad de vida, nuestros huesos, músculos, tienen el potencial de ser alterados mediante la acción humana, ya sea de forma o no intencional planeada. Nos relacionamos constantemente con un cambio físico inacabable, muchas veces no proyectado, otras; total y absolutamente cronometrado. Vivimos los días en ese encuentro, entre el cuerpo del ayer y el que volverá mañana, el cuerpo vivo en constante encuentro con nuestro cuerpo muerto del ayer. Según Joanna Sofaer , en su libro The Body as Material Culture ( 2006 ), los huesos poseen la característica de poder ser transformados por influencia del acontecer humano y así reflejaron su trayectoria.
Otras especies animales, también poseen la habilidad – plasticidad de trans – formar – se, a lo largo de su vida, un proceso biológico natural, gracias al cual, el animal cambia de forma drástica su forma física, (llamado metamorfosis) éste proceso no solo afecta su apariencia, sino que también modifica su comportamiento, su metabolismo y su modo de vida, por ende, su forma de relacionarse con el mundo y viceversa.